La conservación y el aprovechamiento sustentable de las aves rapaces

Muchas culturas antiguas y actuales tienen en sus emblemas heráldicos aves rapaces. En nuestro Escudo Nacional está el águila real, el símbolo de Estados Unidos es el águila calva y en los Andes es el cóndor. Desde siempre las aves rapaces están en muchas culturas. En la antigüedad surgió la centrería en el Medio Oriente, antes de que se inventaran las armas, en medio de un clima desértico que hacía difícil cazar presas para adquirir proteínas de origen animal; las tribus beduinas entrenaron aves rapaces para capturar presas pequeñas. Se convirtió en una tradición y una jerarquía donde el jefe tiene águilas y hacia abajo halcones y más abajo aves de menor talla para capturar pequeñas especies.

El proyecto de conservación tiene dos giros. El primero es “romántico”, se trata netamente de la conservación de estas especies, de nuestro símbolo patrio. Por otro lado una parte más real para demostrar que es posible el aprovechamiento sustentable de las aves rapaces reproducidas en cautiverio (a diferencia, por ejemplo, de la prohibición de los psitácidos –loros, pericos y guacamayas-), para poder satisfacer el mercado de la cetrería.

“Hoy podemos decir que somos los pioneros y actualmente el grupo de investigación para la reproducción asistida de aves rapaces en cautiverio más importante de México.”

La cetrería en la actualidad se define como “el arte de cazar con aves de presa”. Así como los cazadores con escopetas, rifles y arcos, la cetrería es cazar tanto con halcones como con águilas: conejos, ardillas, liebres e incluso coyotes y lobos. Es una actividad impactante. Desafortunadamente muchos grupos ambientalistas o pseudoambientalistas promueven su desaparición, como sucedió, por ejemplo, con los circos. En Mongolia actualmente se practica la cetrería con halcones pero sobre un caballo, lo cual implica un alto grado de riesgo. Al día de hoy en los Emiratos Árabes Unidos, la muerte de un ave rapaz implica un duelo igual que la pérdida de un familiar; para ellos el nacimiento de un niño es el nacimiento de un ave rapaz que le cuidará, es parte de su alma, de su esencia, de su cultura. En Dubái existe incluso un hospital especializado sólo en aves rapaces, para tener una idea de su importancia. En México el Heroico Colegio Militar cuenta con su cuadrilla de cetreros que podemos ver en los desfiles militares. Por todas estas razones UNESCO reconoció su valor cultural como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde el año 2010.

Este proyecto reconoce la existencia de la cetrería. Su reproducción sustentable ayuda a evitar que sean extraídas del medio y se vuelve además en una fuente de empleo. Además previene su comercio clandestino: en el mundo el principal tráfico ilegal es de drogas, el segundo de armas y el tercer tipo de es de fauna, de la cual la mayor parte son aves rapaces. Esa es la parte real de su reproducción sustentable, si no existe forma de reproducción asistida alguien más lo hará, o se tomarán de su entorno natural que llevará a un estado de debilitar e incluso acabar con especies en peligro de extinción.

Legalmente cualquier persona podría tener un ave rapaz, pero se necesita tener mucho carácter y pueden ser peligrosas. Existen permisos para tener animales salvajes, también para colecciones y para mascotas, pero existen permisos exclusivos para la posesión de aves rapaces. Eso tiene que ver con el riesgo de poseer una, porque un ave entrenada lo mismo puede cazar a un perro que a un niño; cuando una persona tiene un ave entrenada de esa naturaleza, potencialmente es un arma. En México tenemos la Federación Mexicana de Cetrería, también hay clubes y gente que practica esta actividad quienes promueven, enseñan y hacen cursos para acercarse a estas aves.

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